Vive para el amor. Soneto

"Vive para el amor"
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Vive para el amor, pero sin miedo,
no pases un minuto sin querer,
mira que es mucho más lo que perder
que  ganar, si mantienes ese credo.
Quien prohíbe vivir en el enredo,
no permite con sed, poder beber,
cual perro de hortelano sin comer,
por ellos los demás, quiero y no puedo.
Recelosos de aquel que eternamente
dedicose a vivir enamorado
sabiendo lo que quiere exactamente.
Ignoran que uno amando se ha ganado
la gloria celestial en cuerpo y mente,
no importa si es o no también amado.
Hoy siéntome apenado
por todo aquel que vive sin amores,
vanidosos de propios sinsabores.
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Carles C. 14/VII/2014

Un olivo cwntenario. Romance

“Un olivo centenario”
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En un huerto centenario
voy a dejar mis recuerdos,
los dejo sólo por ti
tan sólo por ti los dejo.
En el sueñan cien olivos
el blanco de los almendros,
tan sólo uno es la vigilia,
de entre todos el más viejo,
la atención me la robó
plantado en el mismo centro
rogando que le dejara
lo que ya estaba dispuesto
a dejar sólo por ti
porque sin ti temo al miedo
en un huerto centenario
de olivos y de recuerdos.
Encarándome a su copa
te dejé mi último aliento,
el abrazo de un abrazo,
la amargura de mi celo
y el pensar que esos tus ojos
son de mi amor el tormento
y mi pena si al mirarlos
cualquiera puede tenerlos.
Sólo han de ser para mí
porque como yo los quiero
jamás habrá hombre alguno
por muy valiente y guerrero
que te adore como yo
incluso cuando esté muerto.
Tiene el olivo una rama
tan larga que llega al cielo,
en ella cuelgo mi sino,
no sufras al verlo ciego,
ya verás como al sentirte
se convierte en un lucero,
la luz a sus ojos vuelve,
la luz de tu firmamento.
Es un retoño dorado
que se abraza a un tronco añejo
de ella cuelgan treinta y ocho
olivas de aceituneros,
con justicia treinta y ocho
no hay uno más ni uno menos,
recógelos con cuidado
que no se caigan al suelo
pues cada fruto es un año
que en tu frente va resuelto,
en tu saliva prendido
y en tu boca un dulce beso.
Acaricia su corteza
que de madera y anhelo
cubre al olivo cual madre
cuando a sus hijos da el pecho,
lo cubre como un amante
desea y cubre otro cuerpo.
Encuentra dos corazones,
tallados quedan a fuego
tan sólo porque te creas
que en mis entrañas avernos
me consumen en cenizas,
cenizas si no te tengo
y en la raíz esparcidas
quedarán como sarmiento,
como semilla del alma
de un amor que fue tan cierto
como verdad es que vivo
y al mismo tiempo me muero,
tan verdad como el azul
que viste todo tu cielo,
tan verdad como ese rojo
que viste todo mi infierno.
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En un huerto centenario
te dejo todos mis sueños.
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Carles C. 09/VII/2014

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Foto: sibaritssimo.com

Rosas en mis manos. Soneto

"ROSAS EN MIS MANOS"
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En las manos con mimo porto rosas,
las miro y me derramo en tus secretos
y en sueños redibujo los bocetos
que si ayer, fueron sólo tenues prosas
hoy trocaron en rimas voluptuosas,
compendio de los más bellos sonetos,
capaces de besar los amuletos
al borde en tus mejillas ruborosas.
Brotando van mil rosas en mis manos,
sus espinas clavadas en mis dedos
son caricias, me elevan y subyugan,
notas oigo en tu boca de cien pianos
que dejaron tan muertos esos miedos,
en ellos hoy mis lágrimas se enjugan
valientes, no se arrugan,
-¡Ay!- que en ti cada día reverdecen
y en tus besos batallan y enloquecen.
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Carles C. 29/IV/2014

Siembra ablentada. Soneto alejandrino

“Siembra ablentada”
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Se tornaron mis miedos claveles de pasión
cuando el negro en tus ojos llamó a la madrugada
rompiendo mis cristales cual fresca bocanada
de luz, me despertaron sin otra condición
que el regalo de un beso, caricia y contrición,
las sábanas de seda, tu aroma en mi almohada,
saliva de tu boca dejándola mojada,
prestáronme en el cuerpo lascivia y seducción.
Calientes mis entrañas hoy viajan en tus manos,
son lágrimas brillantes colgando en tus pupilas
y esperando en tus fosos mil dagas afiladas
harán de mis arcillas desiertos y secanos
sin siembra por los filos que bruñes y que afilas.
Mi grano será estéril y la paja ablentada.
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Carles C. 16/VII/2014
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foto: sanchezgarrido.wordpress.com

Poco varón. Soneto

“Poco varón”
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Varón, que me acompañas ex profeso
me ofreces mil riquezas materiales,
sólo quiero calores invernales
de tus besos y cuerpo en mí confeso.
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Tan sólo te pedí cariño impreso,
verdadero en palabras cual corales.
Tus lujos son, “amor”, insustanciales,
hoy tu alma se me antoja puro hueso.
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¿Qué esperas más de mí si ya te di
lo más sagrado siempre de mujer?
ternura a borbotones, frenesí
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y por una pasión enloquecer.
¿Y sigues sin saber por qué me fui?
Tú nunca mereciste mi querer.
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Carles C. 17/VII/2014

Pobres poetas. Romance

“POBRES POETAS”
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Un peón soy de palabras,
sencillo, llano y obrero,
ignorante como terrones
de campo labrado y seco,
simple como ese niño
que llora en sus adentros
sin saber que sus entrañas
son de la vida el aliento.
Pobre de aquel que mira
por el pecado del hueco
que por encima del hombro
lleva sujeto al cuerpo,
pobre de aquel que mira
con prepotencia otros versos
que piensa que no es poeta
quien escribe su tormento
como Dios le da a entender
sin uso de reglamentos,
más, la misma dignidad
de ilusión y sentimiento.
Pobre de aquel que entiende
que la rima es universo
sólo en su mano y pluma
y en los demás es infierno,
pobre de aquel que entiende
que sólo en él hay criterio,
que no valora otra trova,
ni otro ritmo, ni otro acento.
Pobre de aquel poeta
que sus ojos lleva exentos
incapaces de sentir
en los sentires ajenos
los escritos más humildes,
versos como sus versos.
Por ello yo me declaro
ignorante, zafio y terco
y moriré siempre al lado
del tan inculto reflejo
que refleja a aquel poeta
y que viéndose un maestro
por encima de su hombro
sigue mirando el espejo
donde como yo estamos
los pobres poetas lerdos.
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Gracias a los que son mejores que yo.
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Carles C. 28/VIII/2014

Nunca sé. Soneto

“Nunca sé…”
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Nunca sé cómo debo de empezar
a escribir un soneto, no lo sé,
ignoto al comenzar que lo empecé
lo que sé, es como quiero terminar.
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Cuartetos que hablarán de tu mirar,
de tus ojos, tus lágrimas, mi fe,
rimas que con mi sangre ya plasmé
y ocho versos poder finiquitar.
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Seguirán como el gallo de morón,
cacareo en tercetos desplumados
descubriendo en mis ansias el filón
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dorado que es dejarlos acabados.
Ya cubriome de nuevo la aflicción
mostrando estos finales mal rimados.
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Carles C. 18/VII/2014

La promesa. Prosa

“La promesa”
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La ancha y limpia cristalera de aquella cafetería reflejaba mi triste imagen,
lloviznaba, mi viajera memoria dio un paso dos días hacia atrás.
Serían las cinco de la tarde, en la terraza estaba sentada Ana María (amiga de la infancia)
sus ojos brillaban pero no era el brillo al que nos tenía acostumbrados
(los ojos de una mujer brillan bajo dos condiciones, cuando está enamorada o cuando el dolor inunda su alma,
 pues es entonces cuando las lágrimas inundan los dos luceros que alumbran su rostro).
Estaba acompañada por su...”Novio”. Nunca me gusto, no sé, había algo tenebroso en ese...”Hombre”.
Me dirigí hacia la entrada (Sólo por pasar al lado de ella). Saludé, -¿Hola, todo va bien?-.
Ninguno de los dos me contestó. Entré en la cafetería, los observé durante un buen rato,
discutían, eso estaba claro. Aquel tipo (El hombre que le prometió estar a su lado hasta que la muerte los separara)
gesticulaba airado y de forma amenazante, ella cabizbaja, seguía llorando.
En este recuerdo deambulaba la memoria mía cuando un sollozo desgarrador me devolvió a la realidad.
Volví a verme reflejado en la ancha pero hoy húmeda cristalera,
tras de mí también se reflejaba la oscura comitiva, avanzaba a paso lento,
lento como el ocaso, lento como el perdón.
Antecedíanos un coche negro, negro como la noche, negro como la muerte,
en el lateral que quedaba reflejado, una hermosa corona de flores, la adornaba una cinta color sanguinolento,
en ella unas letras plata rezaban, “Ana María jamás te olvidaremos.
Todos temíamos que esto sucediera. Pero...¿Quién hizo algo para evitarlo?, Todos fuimos culpables...yo el primero.
Aquel hombre cumplió su promesa.
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Carles C. 23/VII/2014
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Fotos: liturgiamforos.com

No preguntes. Liras

"No preguntes"
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¿Preguntas por qué escribo?
¿Mujer, por qué ha de ser?...pues por tus ojos,
por ellos sigo vivo,
por ellos mis arrojos
y por ellos han huido mis despojos.
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Mi pluma lisonjera
describe en esta lira tus encantos
quedándose en ti austera,
llorando los quebrantos
del blanco del papel y sus espantos.
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¿Preguntas por mis versos?
Mis rimas no son nada comparadas
a los mil universos
que lanzan tus miradas
dejando mis penurias olvidadas.
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Carles C. 30/VI/2014

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Foto: articulo.mercadolibre.com.mx

 

Escribía un amante. Soneto

“Escribía un amante”
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Escribía un amante enamorado
a su amada, desvelo de sus sueños,
mi amor, no has de sufrir por mis empeños
aunque parezca loco y acabado.
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Hay tanto corazón tan desangrado
que no importa uno más sin esos ceños
que abrazan la ilusión de los ensueños
no queriendo asumir lo que ha llegado.
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Ahora lo real, certeza clara,
la vida ya pasó, queda un suspiro
que ya no puede ver, que ya no ampara,
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haciéndole perder el gran zafiro
que ayer en tus dos ojos yo gozara
del cual me enamoré y aún admiro.
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No pienses que deliro,
guarda pues simplemente en la memoria
los versos que escribí de nuestra historia.
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Carles C. 10/VII/2014

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Foto: princesadelatristeza.blogspot.com