Mi templo será tu templo. Romance

“MI TEMPLO, SERÁ TU TEMPLO”
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Loco soy al proponer
y propongo con el miedo,
con el miedo que me dan,
tus ojos bravos y negros,
al conocer de mi boca,
un loco, loco deseo.
Quiero casarme contigo,
y cargar con tus arreos,
hacerte mi dama blanca,
hacerme tu caballero,
míos van a ser tus hijos,
tus hijos han de ser nuestros,
ganándonos un futuro
el día que siendo viejos,
sean la fruta madura,
que recojamos del huerto.
Loco soy al proponer,
lo que va en mi pensamiento,
de mi brazo y orgullosa,
pensarás que todo es sueño,
paso a paso y poco a poco,
entraremos en el templo,
tan antiguo como hermoso,
tan hermoso y solariego,
con el pórtico labrado,
por el mismísimo cielo.
En Sacedón serás mía,
a Sacedón pues te llevo,
que quiero que te conozcan,
pues se han de morir de celos,
al saber que ya elegí,
no quiero seguir soltero,
les diré que el alma tuya
es mi celda y yo su preso.
Yo te propongo, mi amor,
un matrimonio de ensueño,
pues tú has de vestir de blanco
y yo he de vestir de negro,
pues tú serás la pureza
que me convierta en veneno,
teniéndote enamorada,
por los restos de los restos.
Nuestra unión será especial,
será el mejor casamiento,
que recuerde tu familia
y las gentes de mi pueblo.
La cola de tu vestido,
ha de ser de veinte metros,
haciendo falta diez damas
para cargar con el peso.
Pronto serás mi mujer
y yo tu marido presto,
unión será del amor,
en Sacedón y su templo.
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Carles C. 21/XI/2013

Quiero reir contigo Romance

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“QUIERO REIR CONTIGO”
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Hoy quiero reír contigo
y llorar si es necesario,
decirte que yo estaré
eternamente a tu lado
para ofrecerte lo poco
que tengo en mis pobres manos
y si no fuera bastante,
si fuera pues necesario,
me iría por ti a robar,
hasta tener el palacio
que para mi tú mereces
y con él, hasta un reinado,
un castillo con almenas,
con jardines muy, muy amplios
para que tus días tristes
pudieras pues alegrarlos,
dejar tus melancolías
en alguno de sus bancos,
abandonar los recuerdos
que te están haciendo daño
y enterrarlos para siempre
olvidando ese pasado.
Te construiré alrededor
un foso profundo y ancho
para llenarlo de fieras
que espante a los adversarios,
que evite que te pretendan
pues han de ser devorados
por los terribles caimanes
que los están esperando.
A tu servicio tendrás
muy pendientes tres lacayos,
el primero con pañuelos
para secar tus ojazos
si una lágrima cobarde
osara pues inundarlos.
El segundo guardará
por si son necesitados
los besos de corazón
que te he de dejar a diario.
Y el tercero seré yo,
tan humilde y tan esclavo
que tras las rejas de tu alma
a mis espaldas un saco
tendré siempre muy a punto
para darte mil abrazos
aunque no me los reclames
en tus momentos amargos.
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-¡Mujer!-
hoy quiero reír contigo,
-¡paloma!-
y llorar si es necesario.
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Carles C. 04/XII/2013

Tres promesas. Romance

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“TRES PROMESAS”
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Te voy a hacer tres promesas
y las tres irán contigo
hasta el día de mi muerte
por los siglos de los siglos.
Lo primero en prometerte
(atiende lo que te digo)
es que mañana temprano,
yo he de comprar un cuchillo
para sacarme los ojos
si no cumplo con lo dicho.
Yo quiero que tú los tengas
presos entre tus anillos,
en el cofre de tus joyas
como si fueran zafiros
y si algún día los tuyos
quisieras hacerlos míos,
sacaras de tu joyero
(para llevarlos prendidos)
los diamantes que te di
en la punta de un cuchillo.
Mi niña, también prometo
que será el cortante filo
de una espada toledana,
la que saque sin remilgos
de mi pecho el corazón
para en tu pecho ceñirlo
y sanarlo de una vez
pues me enteré que está herido,
que por el no pasa sangre
porque un pasado dañino,
hoy, procura que no se abra
como se va abriendo un lirio,
por ello dejo, mujer,
en tu corazón el mío.
Y mi tercera promesa
es que mi espada y cuchillo
con la sangre que los cubre
(plasma de un amor bendito)
colmará solo dos copas,
dos copas de miel y vino,
la miel de tus dos luceros
y el reserva por los míos.
Juntos tú y yo brindaremos,
como dos buenos amigos
y en tus manos quedarán
del cuchillo los zafiros,
de la espada toledana
mi corazón que en ti es lirio,
esos dos cáliz sagrados
rebosantes de buen vino
y las tres promesas mías
en este versar prolijo,
un romance que ha de ser
siempre tuyo y siempre mío.
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Carles C. 01/XII/2013