Un final que no está lejos
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Murió un comediante anoche
de tristeza y sin su risa,
y se murió tan deprisa
que no dio tiempo a reproche.
Su alegría fue un derroche.
Pronosticó moribundo
este mundo.
Su asesina fue la vida,
la humana naturaleza,
la virtud de su vileza
y su bondad escondida.
La muerte viene asumida
con el final más rotundo,
este mundo.
Por la envidia, el egoismo,
se ha quebrado la esperanza
y aparece lontananza
un oscuro pesimismo.
Nos acecha un fanatismo
que germina foribundo,
este mundo.
Tan solo la raza humana,
abate por abatir,
mas se dedica a fingir
que adorna lo que profana.
Un badajo de campana,
al tañer hace infecundo,
este mundo.
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Butterfly 30/V/2016
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Foto: es.123rf.com
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