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Brilló anoche una estrella tan celeste,
que andaluza tan solo puede ser,
del sur y marismeña en mi querer,
tan latente en mi noche más agreste.
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Le pido con mis versos que se acueste,
en recuerdos presentes del ayer,
pues tengo en mi memoria a la mujer,
y quiero sus pestañas hoy me preste.
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Que sean pues mi sombra y mi contento,
sus rimas y su pluma cura eterna,
sus ojos andaluces mi sustento.
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Su alma tan triste y pura me gobierna,
le escribo este soneto y mi lamento,
mandándolo en el viento que es galerna.
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Para C.
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Carles C. 08/VI/2013
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