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“YO ADORNARË TU CUERPO”
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Yo quiero adornar tu cuerpo,
comprándote ese vestío,
que tu talle marque esbelto,
como ninguno se ha visto,
que compararse no pueda,
al más bello de los lirios,
que torne tu blanco rostro,
del mismo color del trigo,
tu espalda que quede al aire,
y el escote bien lucío,
que en esos pechos tan firmes,
vaya dejando el aviso,
por la plaza y por las calles,
que es pecado cometido,
que se perpetra al mirar,
si se mira con ahínco,
el hombre que ayer miró,
hoy ya va pidiendo auxilio.
Yo quiero adornar tu cuerpo,
con un vestido ceñío,
que marque bien tus caderas,
de movimiento lascivo,
que deje triste en el monte,
el cimbrear de los pinos,
inmóviles quedarán,
enojados y aburridos.
En la puerta de la iglesia,
se cancelan los oficios,
en la nota parroquial,
comentan los que la han visto,
se suprimen por que saben,
que los santos con sigilo,
se han marchado ya del templo,
parece que están reunidos,
para poder observar,
tú gran pecado divino,
que por el día se admira,
y por la noche es un vicio,
ya de rodillas imploran,
que Dios los coja asistidos,
pues saben que están pecando,
y temen por su destino.
Yo quiero adornar tu cuerpo,
con ajustado vestío,
dejando ver esas piernas,
provocando los suspiros,
del hombre que las contempla,
sabiendo que está prohibido,
teniendo pena y condena,
de cárcel y de presidio,
que desearte se paga,
con multa y un gran castigo,
hoy tan solo quedarán,
las mujeres y los niños,
pues presos han de llevar,
a los varones convictos,
por haber pecado tanto,
en tu deseo infringido.
Yo quiero adornar tu cuerpo,
por que para eso es el mío,
perfumarte de romero,
de romero y de tomillo,
dejar en tu negro pelo,
el más hermoso jacinto,
hacer que en tu calle suene,
de los canarios el trino,
dejando en total silencio,
el bravo rumor del río,
ayer escándalo puro,
mostrando que estaba vivo,
hoy por tu culpa quedó,
totalmente enmudecido,
pues ya todos se enteraron,
que tu cuerpo femenino,
no ha de poder ser de nadie,
pues tiene ya dueño fijo,
que nunca más será libre,
y en tu ajustado vestío,
es solo de este poeta,
enamorado lo digo,
el derecho a mi me asiste,
para eso soy tu marido,
el que disfruta tu cuerpo,
y el que te compra vestíos.
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Carles C. 27/VI/2013
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