"Pero qué pena me da"
*
*
Qué pena que a este lodazal
la vida no haya permitido
ser río...y ser cauce...y ser mar...
Qué pena me da.
Qué pena que este torrente de lava
no pueda ser hoja o roble o bosque...
Qué pena,
qué pena me da.
Qué lástima que pudiendo ser antídoto
o remedio o cura
sea epidemia, peste y soledad,
Dios mío que pena...
Qué pena me da.
Meritando por ser el azul del día
escogí ser bruma, cerrada noche,
miedo, oscuridad.
Qué pena...
Qué pena me da.
Las rimas de mi pluma
de angostura se visten
y el frescor de finas lluvias
se ha mudado en tempestad.
Osado aquel que el paseo de sus ojos
detiene en mi sentir
pues lo afligirán los demonios
que me van a condenar...
Dios mío que pena,
pero qué pena me da.
En el pecho de algún viejo chopo
debería de labrar...
¡Poeta tú que lo tienes todo!
¿Por qué es tu verso enfermedad?
¡Ay!...qué pena,
Dios mío...
¡Pero qué pena me da!...
*
*
Carles C. 03/X/2014
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Foto: 123rf.com
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